Cuando una mujer entra en una farmacia y dice “¿podría darme una prueba de embarazo?, no es consciente del sin fin de dudas y miedos que van a surgir en su cabeza desde ese momento.
Llegas a casa y sin decir ni una palabra te diriges al cuarto de baño, coges aire y realizas el test que, sin duda, te va a cambiar la vida. Mientras esperas y anhelas que salgan “dos rayitas”, te imaginas con un bebé entre tus brazos, sonriendo y llena de felicidad.
Y,…por fin, ¡ahí están!, una algo más tenue que la otra pero tras forzar la vista y observar con detenimiento,…¡son dos!. En ese momento no sabes que hacer, te invade una taquicardia que te hace dudar si reír o llorar. Pero hay algo que si defines perfectamente, llamar a tus seres queridos para compartir con ellos la noticia de tu vida, tu gran triunfo, tu ilusión y tu plena felicidad,… vas a ser MADRE.
A partir de ese momento comienza el período que yo llamo “invasión gestacional”. De repente y sin que tú hayas solicitado información alguna, todas la mujeres que rodean tu vida, tu madre, hermanas, primas, abuelas, tu suegra, la compañera del trabajo, la cajera del supermercado,…, opinan sobre tu embarazo y te cuentan su experiencias que, no se sabe por qué motivo, siempre son historias horribles sobre un embarazo lleno de sintomatología desagradable y un parto indeseable para cualquiera; “uy, ¡que estás embarazada!, pobrecita, yo lo pasé fatal, las náuseas me duraron los 9 meses y no pude dormir nada”, “pues a mi me hicieron una cesárea después de 18 horas de parto y mira que yo lo dije desde el principio, que me hicieran una cesárea”, “a mi me dejaron sola en una habitación y casi paro sin nadie”, “hija, reza para que el niño te salga con poco pelo porque me dieron unos ardores horribles y eso no se puede tratar con nada”…si sigo poniendo ejemplos, no acabo porque estas historias me las contáis en mi consulta frecuentemente y siempre van acompañadas de muchos miedos por todo lo que escucháis.
Debido a todo lo que os cuentan y por todas las recomendaciones que os dan las mujeres que os rodean, comenzáis a tener un cambio en vuestras conductas cotidianas, algunos beneficiosos pero otros no tanto. El miedo y el desconocimiento a lo nuevo es lo que os hace actuar eliminando todo aquello que os dicen, lo primero que se hace es dejar de practicar ejercicio físico, la gran mayoría de las mujeres cuando se enteran que están embarazadas se dan de baja en los gimnasios y eliminan de sus vidas todo tipo de deporte practicado anteriormente. Es cierto que hay ciertas actividades que se deben evitar y que el ejercicio físico durante el embarazo requiere de un adecuado control, pero es beneficioso para la gestación y para el futuro niño/a la práctica supervisada.
Otra conducta que suele tener grandes cambios es la alimentación, me he encontrado de todo, desde las mujeres que siguen pensando como nuestras madres y se alimentan como dos durante los 9 meses hasta las que dejan por completo de comer una gran cantidad de alimentos porque son perjudiciales para el niño/a. La alimentación durante el embarazo es un factor importantísimo para mantener un adecuado desarrollo de la placenta y el feto, recibir las recomendaciones adecuadas y seguir unas pautas saludables deben ser los pilares de la dieta de una embarazada.
Añadiendo a lo expuesto, debemos mencionar que el embarazo son 280 días de dudas sobre cuestiones como “¿puedo teñirme el pelo?”, “¿puedo comer marisco?”, “¿puedo usar el esmalte de uñas?”, “¿Por qué me duele aquí abajo?”,…todo lo que sentimos, todas las actividades que tenemos que hacer generan dudas sobre si son o no saludables para el bebé. Pero,… ¿que me decís de las dudas sobre el parto?, un sin fin de cuestiones que nos llenan de miedos al gran momento de vuestra vida. El día que nace un hijo debe ser memorable, debe estar lleno de momentos de felicidad y tranquilidad, pero la gran mayoría de las mujeres lo que presentan son miedos irracionales a lo desconocido y a lo que han escuchado.
A todo lo expuesto es a lo que nos dedicamos en parte en el Centro CIMEN jerez, la matrona se encarga de guiar a las embarazadas durante el proceso de gestación, controlando las dietas, controlando el ejercicio, el cual puede practicarse en el mismo centro, educando sobre conductas saludables y sobre el parto y resolviendo todas las dudas que vayan surgiendo. Nos basamos en un seguimiento continuo y personalizado durante toda la gestación y en el postparto. Ayudamos a las madres a guiarlas sobre los cuidados del recién nacido y resolvemos las dudas que vayan surgiendo. Nuestro objetivo es apoyaros para que vuestro proceso de embarazo, parto y postparto sea lo más fascinante posible y no os genere ningún grado de ansiedad ni estrés.